Cosas que aprendí cuando te vi morir y renacer
Leer escuchando: cornfield chase, Interestellar, Hans Zimmer.
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Siento muchas veces que me he equivocado, que no he elegido bien mi camino. Siento muchas veces que siento mucho, que no debería tomarme todas mis emociones demasiado en serio, quizás porque existe un mundo donde puedes vivir sin emocionarte, sociopatíco y sociofóbico, amoral y desnaturalizado pero embriagado por el precio del éxito. Y sigo corriendo, miro la luz inocua como sale por las ventanas de mis anhelos.
No te puedes pasar toda la vida esperando que las cosas ocurran, ya lo sé, claro que lo sé, no hace falta que me lo digas…y estoy dando pasos. ¿Paso? ¿Estás seguro? Te traicionas a ti mismo si te crees que ya lo has hecho todo…En verdad, he de reconocer que muchas veces he pensado en dejarlo todo, absolutamente todo…cerrar mis webs, mis escritos, mis participaciones en foros, quemar mis libros, mis escritos, tachar mi nombre y dejar que se olvide mi rastro….descansar…dormirme y descansar. Descansar de tener que dar tantas explicaciones, de levantarme todas las mañanas con una actitud positiva ante la vida, de dar fuerzas y gasolina quedando a media tarde a veces sin combustible emocional…Sí, descansar…en mi cama, con mi almohada, que la sombra desaparezca incluso para mis seres queridos. Y sigo corriendo.
¿Qué es lo que me da fuerzas? ¿Lo que me hace rescatar la ilusión? ¿Lo que me lleva a la acción? Déjate de excusas y reconoce de una vez por todas…que tienes miedo. Que sientes miedo. El miedo me hace vulnerable y la vulnerabilidad más humano…más cercano a mi Dios.
He tenido que desconstruir principios que creía inamovibles, que estaban asentados en lo más profundo de mis creencias, sin serlo. Llenar mis manos de sal y barro, recoger el estiércol que nutre mis pensamientos tóxicos. Y tengo miedo. Sigo corriendo.
Si Tú, un día dudaste, si Tú tuviste miedo, duda, pánico y terror... ¿Quien soy yo para negarlo? ¿Acaso me creo mejor que Tú?...Pienso en tu oración en el huerto, muerto de miedo, sabiendo que ibas a ser ejecutado por tus ideas…por tus principios y valores revolucionarios…y lloraste. Y lloro. Porque esta mañana también he tenido miedo, y al mismo tiempo esperanza.
He visto dos veces la muerte de cerca, una, en mi propia imagen, la otra, en la de mi padre. De la primera, he escrito, hablado, incluso forma parte de mi léxico y mi último libro…No tiene mérito morir…Lo que si tiene mérito es vivir. Vi a mi padre morir. Sigo corriendo. Pude despedirme de él, besarle y agradecerle, pedirle perdón por lo que no hice, por lo que dejé de hacer. Vi a mi padre vivir. Abrir los ojos porque no había llegado su hora…Y yo ya había realizado una promesa. Sigo corriendo
No puedo dejar para otra vida las cosas que quiero hacer. Lo verdaderamente importante se resume en cuatro letras AMAR. Lo demás, es accesorio. No quiero pasarme lo que me queda de vida esperando. Ya tuve una muerte en vida, ya me dio un infarto emocional…he aprendido la lección… ¿qué quieres de mí? ¿Qué esperas de mí? ¿Qué debo hacer? ¿Para qué? Y sigo corriendo, aún más deprisa…sin tregua, sin descanso, con el corazón abierto…Sin miedo, no voy a morir.
Ya ha muerto por mí, y por ti si quieres…yo puedo compartirlo. Un pedacito de Él está en mí. Todo está tranquilo, porque nunca nos vamos…porque queda siempre entre nosotros el olor al olivo, a la hierba matutina, a las acacias y madreselvas que envuelven la esperanza…es olor a resurgir, a volver a empezar…a no luchar más….todo está tranquilo. Todo está y vuelve a comenzar….Y paro de correr.
He corrido diez kilómetros en menos de una hora…para un hombre de 46 años, que sigue teniendo sobrepeso, que hace un año tenía obesidad grado dos, hipertensión…que hace quince años murió y renació, que hace ocho años tuvo un infarto emocional y que volvió a resurgir…es todo un momento de celebración.
Pero lo que de verdad es celebración es el intimo encuentro que he tenido con mi ser durante esta hora…y que he transcrito en este humilde escrito.Ya no tengo miedo, hoy sé que los que se fueron no volverán…que seguirán en mi retina emocional. He pedido de nuevo perdón por todo y a todos los que causé desasosiego, desamparo o desamor.
He pedido perdón a Ti cuando he dudado, cuando no he creído que podía creer.
Ahora comulgo con mis creencias, asumo mis decisiones y no espero ya que nadie venga. Porque ya ha llegado, ya han venido…Ya están conmigo.
“Ahora sólo lo inesperado o lo imposible podría hacerme llorar: una resurrección, ninguna muerte. ·
Ángel González
Puede ser que no me vuelvas a ver. Pero sí a sentir.